Si estás leyendo esta nota es porque tienes una startup que posiblemente no esté dando los resultados que esperabas. Por eso, en esta ocasión te contamos todo lo que necesitas saber para pivotar en una startup con éxito.
Cuando hablamos de pivotar, hablamos de apostar por un cambio radical en el modelo de negocio para centrarte en una oportunidad de mercado diferente. Esta decisión se suele tomar al momento de darte cuenta de que algún aspecto de tu propuesta no está funcionando. El buyer persona, el canal de comunicación, una funcionalidad principal, una característica secundaria.
En pocas palabras, pivotar es cambiar de estrategia pronto si la actual no funciona; adaptar, modificar o sumar pueden ser los caminos para seguir en este caso. Se diferencia con la idea de “iterar”, que significa evolucionar tu producto o servicio con un cambio mínimo.
Si obtienes métricas y análisis vinculados al negocio con resultados desfavorables, quizás sea el momento oportuno para pivotar, ya que alguna de las variables no marcha tal y como debería (ventas, satisfacción de clientes, etc.). Pero antes asegúrate de haber ejecutado las pruebas suficientes o de haberlas hecho en el lugar y de la forma correcta.
Ten en cuenta estos 3 consejos:
Cuando pruebas un modelo de negocio, tratas de demostrar una hipótesis que pudiste formular con anterioridad sobre la base de estadísticas. Intentas comprobar si funciona de dicha manera. Si no es así, debes encontrar qué es lo que no funciona, crear una nueva hipótesis y verificar que sea la indicada. Todas tus decisiones tienen que ser razonadas, tomadas sobre la base de datos concretos y medibles.
Es cierto que como startup tienes una mayor ventaja al momento de pivotar, en comparación con una gran empresa. La flexibilidad y la estructura más pequeña son tus principales aliados frente a los cambios más necesarios.
Resumiendo, pivotar en una startup, elegir un cambio de rumbo, es clave para la continuidad y el futuro éxito de tu producto o servicio. Está bien que apuestes y perseveres, pero ese camino tiene un límite razonable. Siempre es mejor reconocer que nos equivocamos y hacerlo rápido.